Bien se sabe que quereres poder. Pero muchas veces no sabemos cómo organizar los deseos para convertirlos en realidad. Esta cuarta Ley nos enseña que poniendo correctamente la atención y la intención, alcanzaremos nuestros objetivos.
El Universo y todo lo existente son energía: así, el pensamiento es una forma sutil de energía, mientras que la materia es una energía densa y compacta. Todo, absolutamente todo, está conformado y creado a partir de la energía. Pero, por supuesto, no todo es lo mismo porque existe a la vez una información universal que hace que la energía se organice y confiera sus diferentes formas a cada elemento de la existencia. El árbol, la flor, el arco iris o el cuerpo humano están hechos en su mínima expresión de las mismas partículas de energía, pero cada uno tiene su forma.
Si pudiéramos ver la materia, aparentemente sólida, en su más pura esencia, veríamos sólo partículas que son pura energía y vibración. La energía, al vibrar en diferentes velocidades, da su forma característica a cada elemento. El sistema nervioso humano hace que podamos registrar, a veces claramente y otras no tanto, toda esa información energética. Subjetivamente, lo registramos como pensamientos, emociones y sentimientos. Por eso, el doctor Edward Bach, creador de la Medicina Floral, dice que "la enfermedad no es material en su origen, sino energética. Nos damos cuenta de que algo nos está perturbando en la energía vital porque sentimos desequilibrio en el área emocional".
Cuando los niños están incubando una enfermedad, las madres nos damos cuenta y decimos: "Algo le está sucediendo a este nene, no está como siempre". Lo llevamos al médico y ni fiebre tiene, pero a los pocos días, aparece con varicela. La conciencia humana es tan poderosa que puede captar los cambios de energía de todo lo que sucede. Inclusive está comprobado que desde la conciencia podemos interferir en la información del campo cuántico presente en el cuerpo físico. Heráclito, filósofo griego, definió: "Nadie se baña dos veces en el agua del mismo río". Ese fluir permanente, ese cambio constante de la realidad es una muestra definitiva de la energía que corre.
Por eso, si uno quiere, puede cambiar de acuerdo a sus deseos. La clave es usar nuestra atención e intención aprendiendo esta quinta Ley de la Intención y el Deseo, que nos ayuda a organizar la energía para poder generar bienestar, salud y riqueza.
Cualquier hecho al que le prestemos mucha atención crecerá en importancia en nuestras vidas. Si prestamos demasiada atención a las deudas o problemas, aumentarán. SI utilizamos esa capacidad de atención sobre nuestros deseos de prosperidad, éxito o amor, también crecerán pero nos darán un resultado más benefactor. La intención organiza y da forma a nuestra energía. Todas las intenciones que se realicen por el bien traerán inmensos beneficios para uno y las demás personas.
Finalmente, tenga en cuenta que la Atención fija los deseos del presente, mientras que la Intención organiza los del futuro.
El Universo y todo lo existente son energía: así, el pensamiento es una forma sutil de energía, mientras que la materia es una energía densa y compacta. Todo, absolutamente todo, está conformado y creado a partir de la energía. Pero, por supuesto, no todo es lo mismo porque existe a la vez una información universal que hace que la energía se organice y confiera sus diferentes formas a cada elemento de la existencia. El árbol, la flor, el arco iris o el cuerpo humano están hechos en su mínima expresión de las mismas partículas de energía, pero cada uno tiene su forma.
Si pudiéramos ver la materia, aparentemente sólida, en su más pura esencia, veríamos sólo partículas que son pura energía y vibración. La energía, al vibrar en diferentes velocidades, da su forma característica a cada elemento. El sistema nervioso humano hace que podamos registrar, a veces claramente y otras no tanto, toda esa información energética. Subjetivamente, lo registramos como pensamientos, emociones y sentimientos. Por eso, el doctor Edward Bach, creador de la Medicina Floral, dice que "la enfermedad no es material en su origen, sino energética. Nos damos cuenta de que algo nos está perturbando en la energía vital porque sentimos desequilibrio en el área emocional".
Cuando los niños están incubando una enfermedad, las madres nos damos cuenta y decimos: "Algo le está sucediendo a este nene, no está como siempre". Lo llevamos al médico y ni fiebre tiene, pero a los pocos días, aparece con varicela. La conciencia humana es tan poderosa que puede captar los cambios de energía de todo lo que sucede. Inclusive está comprobado que desde la conciencia podemos interferir en la información del campo cuántico presente en el cuerpo físico. Heráclito, filósofo griego, definió: "Nadie se baña dos veces en el agua del mismo río". Ese fluir permanente, ese cambio constante de la realidad es una muestra definitiva de la energía que corre.
Por eso, si uno quiere, puede cambiar de acuerdo a sus deseos. La clave es usar nuestra atención e intención aprendiendo esta quinta Ley de la Intención y el Deseo, que nos ayuda a organizar la energía para poder generar bienestar, salud y riqueza.
Cualquier hecho al que le prestemos mucha atención crecerá en importancia en nuestras vidas. Si prestamos demasiada atención a las deudas o problemas, aumentarán. SI utilizamos esa capacidad de atención sobre nuestros deseos de prosperidad, éxito o amor, también crecerán pero nos darán un resultado más benefactor. La intención organiza y da forma a nuestra energía. Todas las intenciones que se realicen por el bien traerán inmensos beneficios para uno y las demás personas.
Finalmente, tenga en cuenta que la Atención fija los deseos del presente, mientras que la Intención organiza los del futuro.