2.500 años antes de Cristo las inundaciones y el clima húmedo de la China central provocaban enfermedades como artritis, dolores musculares y afecciones de la piel. Para evitar estos males e invocar a las fuerzas sobrenaturales, los habitantes de la región crearon una danza ritual cuyos movimientos resultaron notablemente beneficiosos para la salud y la bautizaron qigong. A lo largo de los siglos, esta danza fue evolucionando y desarrollándose hasta que en 1949 comenzó a aplicarse en el campo de la medicina, la enseñanza y las investigaciones científicas.
El qigong suele emplearse para males crónicos, aunque también resulta efectivo para curar enfermedades agudas y lesiones de los huesos, También se aplica en hipertensión, enfermedades coronarias, secuelas de accidentes cerebro-vasculares, parkinsonismo, neurosis, hepatitis, cirrosis, anemia, diabetes, miopía e inflamaciones ginecológicas. Además, ayuda a atravesar circunstancias traumatizantes como la anestesia quirúrgica, senectud, desarrollo intelectual de la adolescencia y adelgazamiento. Durante los últimos años el qigong trascendió todas las fronteras imaginables.
Los deportistas lo están adoptando para relajar los músculos, aumentar la circulación y mejorar las condiciones físicas y psicológicas para las competiciones, y en algunos ejércitos se aprende para elevar la capacidad combativa, el autocontrol y la supervivencia de los soldados en situaciones de apuro y depresiones. Actualmente, se investigan sus efectos en el tratamiento del cáncer, para disminuir los efectos de la quimioterapia y en las terapias de rejuvenecimiento, pues según los estudios al respecto, los efectos de la buena respiración alargan de siete a diez años la vida del practicante de qigong.
El qigong suele emplearse para males crónicos, aunque también resulta efectivo para curar enfermedades agudas y lesiones de los huesos, También se aplica en hipertensión, enfermedades coronarias, secuelas de accidentes cerebro-vasculares, parkinsonismo, neurosis, hepatitis, cirrosis, anemia, diabetes, miopía e inflamaciones ginecológicas. Además, ayuda a atravesar circunstancias traumatizantes como la anestesia quirúrgica, senectud, desarrollo intelectual de la adolescencia y adelgazamiento. Durante los últimos años el qigong trascendió todas las fronteras imaginables.
Los deportistas lo están adoptando para relajar los músculos, aumentar la circulación y mejorar las condiciones físicas y psicológicas para las competiciones, y en algunos ejércitos se aprende para elevar la capacidad combativa, el autocontrol y la supervivencia de los soldados en situaciones de apuro y depresiones. Actualmente, se investigan sus efectos en el tratamiento del cáncer, para disminuir los efectos de la quimioterapia y en las terapias de rejuvenecimiento, pues según los estudios al respecto, los efectos de la buena respiración alargan de siete a diez años la vida del practicante de qigong.