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jueves, 17 de mayo de 2012

EL COLOR VERDE


El sentido de acción del verde es igual al de un espiral ascendente, y por ello no en vano es el color dominante en el mundo vegetal terrestre y acuático. Este es el color que más nos ayuda a contrarrestar la negatividad ambiental, siendo por eso excelente, una buena decoración a base de plantas, que además son energías vivas productoras de emanación acogedora. Los "espacios verdes" son más necesarios cuanto más lúgubre y triste sea el medio ambiente que nos rodee.

Les propongo ahora seguir una cadena de pensamientos para entender la importancia del color que hoy nos ocupa, ¿vale?

La clorofila de las plantas puede compararse a la hemoglobina de la sangre. Gracias a ella, el carbono contenido en la atmósfera se integra en los tejidos de los seres vivos. Para poder cumplir con tal función esencial de la vida, la hoja verde utiliza la energía de los rayos rojos del espectro solar. La hoja es verde porque absorbe las complementarias radiaciones rojas. La planta verde fija y asimila el carbono del aire, de tal modo que lo hace respirable. Sin la vida vegetal el aire almacenaría demasiado anhídrido carbónico y los seres vivos no podríamos respirar en la atmósfera enrarecida.

El palpitante verde de las plantas ha captado la energía solar de gran longitud de onda y la ha transformado en energía química de calidad superior. En otras palabras, los vegetales impiden la degradación de la energía planetaria, y además son el alimento por excelencia de los animales, pues hasta los carnívoros lo consumen indirectamente cuando se comen a los herbívoros. En consecuencia, la energía de la cual disponemos los seres vivos, en virtud del fenómeno de la respiración, no es más que la energía solar almacenada por las plantas verdes.

Para el sapiente Dr. Max Lüsher, el verde, al igual que cualquier otro color básico varía en su significación cuando también varía su tonalidad. Y así tenemos que cuanto más se acerca el verde al azul, más sólido, frío, tenso, duro y resistente es el efecto psíquico obtenido. Pero para el Dr. Lüsher el verde, en cualquier tonalidad, es siempre sinónimo de la estabilidad de las propias convicciones, de la autoestima, del verdadero reconocimiento y el prestigio moral. Por eso, aquellos hombres que carezcan de verde en sus auras o lo posean en pequeña cantidad, de seguro, jugarán con una apariencia exterior de dignidad, con un alarde material o espiritual y con un prestigio que es solamente una pose. Se colocarán a sí mismos sobre escenarios, dirigirán todos los focos hacia ellos, y fingirán estabilidad, grandeza, dignidad y prestigio.

Es tal vez el compartir estos conceptos lo que ha hecho que, los humanos, en nuestras variadas religiones, consagremos el color verde a dioses y santos como: Ghanesa, Jano, Jannes (egipcio), Venus, San Juan evangelista y a aquellas divinidades del paganismo que representan la unión del bien y la verdad en los actos de la vida.

Hoy en día, los que erguidos caminamos sobre esta tierra hemos tomado al verde como símbolo de la esperanza, la alegría, la juventud, la longevidad, el renacer; porque es el color de la primavera, esa juventud del año que devuelve la fe en las cosechas que representan el amor y la abundancia.

Para finalizar, voy a dejarles amigos, una postura-ejercicio-verde, que endereza los músculos de las piernas, alivia los calambres musculares de los miembros inferiores, fortalece el cuerpo entero y abre el tórax y lo ensancha, facilitando una respiración más profunda. Calidad de respiración que una inmensa mayoría de uruguayos necesita como el agua, por practicar un extendido vicio letal llamado cigarrillo.

Pero atención: ESTA  POSTURA ESTA CONTRAINDICADA EN PERSONAS QUE ADOLECEN DE TRASTORNOS CARDIACOS.

Comenzaremos por pararnos con los pies juntos, la espalda recta y los brazos cayendo a ambos lados de nuestro cuerpo. Inhalamos y separemos las piernas una hacia atrás (izquierda) y la otra (derecha) hacia delante como en un metro de distancia entre ambas y de un salto. Si hay problemas de espalda los pies se separan con pequeños pasitos. La pierna izquierda se gira en sentido contra horario un cuarto de círculo.

Exhalamos y doblamos la rodilla derecha formando un ángulo recto entre pierna y muslo. Extendemos los brazos horizontalmente hacia delante y hacia atrás, al tiempo que como si nos estuvieran tirando de ambas manos en direcciones opuestas, giramos la cabeza para mirar alternativamente una y otra mano. Así el tórax se abre y ensancha. Visualizamos entonces una bola de luz verde brillante que equilibra nuestras energías. Permanecemos en esta postura tanto tiempo como nos sea posible o hasta que nos cansemos.

Inhalamos y volvemos a la postura erguida inicial. Nos relajamos por unos segundos y repetimos luego el ejercicio cambiando la posición de las piernas. Créame señores lectores que sé por experiencia con mis pacientes, que el resultado de esta postura-ejercicio-verde es estupendo, y a propósito en antiguos textos hindúes se conoce esta posición con el nombre de : El Guerrero. El guerrero en el sentimiento de, el soldado que lucha por su salud en contra de la enfermedad y no como preparación a una confrontación con otro ser humano.