En la actualidad, más que en ningún otro tiempo, el éxito está de moda. Para ocupar el mínimo lugar en la consideración de los demás, parece ser una obligación mostrarse inteligente, lindo, rico y famoso. Pero, por supuesto, la palabra éxito no tiene un significado tan simple y obtenerlo en la disciplina que fuere, ha sido un desvelo constante hasta en el hecho más trivial de la vida. Siempre queremos destacarnos, desde una simple preparación culinaria o ser el mejor deportista, hasta obtener las más altas calificaciones en los exámenes o conquistar a la persona de nuestros sueños.
Perder, ya se sabe, genera frustración. Cuando se ponen en juego elementos esenciales de la existencia, el éxito también puede ser un factor detonante de circunstancias futuras, porque si perder da miedo, en no pocos casos, vencer suele dar pánico. Esta es una de las principales razones por las cuales no siempre el éxito acompaña como resultado final a la persona más inteligente, valerosa u honesta.
Generalmente, el triunfador es aquel que demuestra también tener capacidad para manejarse en las situaciones más diversas: saber ejecutar y conseguir, con picardía, ubicarse en primer plano. Esta suma de sapiencia más habilidad es el camino que conduce al éxito. ¿Que cualquiera puede ponerlo en práctica? Tal vez sea así, pero ¿cómo? Simplemente, descubriendo en su personalidad las virtudes y los defectos que, aun inconcientemente, utiliza en la dura competencia cotidiana ,y a través de esos conocimientos, elaborar las estrategias adecuadas. Más adelante veremos cómo convertirse en un auténtico triunfador.
Perder, ya se sabe, genera frustración. Cuando se ponen en juego elementos esenciales de la existencia, el éxito también puede ser un factor detonante de circunstancias futuras, porque si perder da miedo, en no pocos casos, vencer suele dar pánico. Esta es una de las principales razones por las cuales no siempre el éxito acompaña como resultado final a la persona más inteligente, valerosa u honesta.
Generalmente, el triunfador es aquel que demuestra también tener capacidad para manejarse en las situaciones más diversas: saber ejecutar y conseguir, con picardía, ubicarse en primer plano. Esta suma de sapiencia más habilidad es el camino que conduce al éxito. ¿Que cualquiera puede ponerlo en práctica? Tal vez sea así, pero ¿cómo? Simplemente, descubriendo en su personalidad las virtudes y los defectos que, aun inconcientemente, utiliza en la dura competencia cotidiana ,y a través de esos conocimientos, elaborar las estrategias adecuadas. Más adelante veremos cómo convertirse en un auténtico triunfador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario