La medicina herbaria exige el mismo rigor científico y control de la calidad que la farmacopea industrial, por lo que en este Congreso se propondrán reglamentaciones. Y, por otra parte, grandes laboratorios multinacionales invierten sumas astronómicas en la investigación de plantas de las que, se sospecha, podrían extraerse los remedios que al mundo le están faltando.
Estas plantas son en muchos casos remedios que pertenecen a la botica natural de pueblos indígenas, como es el caso de la Equinacea, o echinacea. Planta típica de la flora norteamericana era utilizada por los chamanes indios como purificadora de la sangre. Hoy se reconoce un amplio espectro terapéutico.
Se usa para prevenir resfríos e infecciones respiratorias porque recompone el sistema inmunológico. Mejora el estado general, trata heridas y úlceras y se la compara con el ginseng por su efecto reconstituyente. Se investiga su posible aplicación en el SIDA.
Otra planta favorita de la medicina herbaria actual es el hipérico, pero ya era usada por Hipócrates y Galeno. Originaria de Euroasia, se confirmaron recientemente sus propiedades curativas de la depresión leve y moderada. En Europa se utiliza tanto como la manzanilla o la valeriana para otros males.
El tejo es otra muestra de cómo las plantas, a pesar del avance de la industria, siguen siendo una fuente de salud imprescindible. Habitante del hemisferio norte, el tejo es parecido a las coniferas pero de otra familia, las taxáeas. Siempre fue relacionado con la muerte: es altamente tóxico, y una fuente ancestral de madera para fabricación de armas. Sin embargo, de este árbol se aisló una sustancia de potente actividad contra el cáncer de ovario, mama y pulmón, considerada una de las drogas más significativas encontradas en los últimos veinte años.
Otras plantas son conocidas por un uso desde hace siglos y en el laboratorio se descubre otro. Es el caso de la uva ursi, un "yuyo" diurético del cual se ha descubierto la arbutina. que interfiere la bio síntesis de la melanina; se utilizaría para despigmentar la piel, de manera progresiva y no permanente. O el té verde, variedad del té común que se presenta a las primeras investigaciones como un poderoso antioxidante.
Estas y otras especies serán tema de este Congreso, donde se ratifica una vez más que el futuro de la ciencia está donde todo comienza: la Naturaleza.
Estas plantas son en muchos casos remedios que pertenecen a la botica natural de pueblos indígenas, como es el caso de la Equinacea, o echinacea. Planta típica de la flora norteamericana era utilizada por los chamanes indios como purificadora de la sangre. Hoy se reconoce un amplio espectro terapéutico.
Se usa para prevenir resfríos e infecciones respiratorias porque recompone el sistema inmunológico. Mejora el estado general, trata heridas y úlceras y se la compara con el ginseng por su efecto reconstituyente. Se investiga su posible aplicación en el SIDA.
Otra planta favorita de la medicina herbaria actual es el hipérico, pero ya era usada por Hipócrates y Galeno. Originaria de Euroasia, se confirmaron recientemente sus propiedades curativas de la depresión leve y moderada. En Europa se utiliza tanto como la manzanilla o la valeriana para otros males.
El tejo es otra muestra de cómo las plantas, a pesar del avance de la industria, siguen siendo una fuente de salud imprescindible. Habitante del hemisferio norte, el tejo es parecido a las coniferas pero de otra familia, las taxáeas. Siempre fue relacionado con la muerte: es altamente tóxico, y una fuente ancestral de madera para fabricación de armas. Sin embargo, de este árbol se aisló una sustancia de potente actividad contra el cáncer de ovario, mama y pulmón, considerada una de las drogas más significativas encontradas en los últimos veinte años.
Otras plantas son conocidas por un uso desde hace siglos y en el laboratorio se descubre otro. Es el caso de la uva ursi, un "yuyo" diurético del cual se ha descubierto la arbutina. que interfiere la bio síntesis de la melanina; se utilizaría para despigmentar la piel, de manera progresiva y no permanente. O el té verde, variedad del té común que se presenta a las primeras investigaciones como un poderoso antioxidante.
Estas y otras especies serán tema de este Congreso, donde se ratifica una vez más que el futuro de la ciencia está donde todo comienza: la Naturaleza.
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