Para entender el Feng Shui es imprescindible comprender la cosmovisión de los chinos que lo crearon, su ambiente, religión y creencias. Esta cultura sostiene con firmeza sus convicciones sobre sus costumbres y ritos milenarios, porque ésta es su manera de relacionarse con el Cosmos. Desde ahora, y durante todas las entregas de este curso, deberemos tener en claro que para entender el Feng Shui y poder activarlo resulta básico este concepto: "Para lograr la armonía y el crecimiento, los actos humanos deben ejecutarse conforme a la naturaleza, y nunca ir en su contra, ya que eso implicaría su inevitable extinción".
De la misma manera, cada uno de nosotros debe mantenerse en armonía y en equilibrio con la naturaleza.
El concepto de equilibrio con la naturaleza se basa en nuestra relación con los cinco elementos: madera, fuego, tierra, metal y agua. Estos son los elementos (fuerzas o tendencias que se encuentran en interacción) que dan origen a todo lo existente en el Universo. "La madera genera el fuego de cuyas cenizas se crea tierra, que genera en sus yacimientos metales, estos, a su vez, a través de su condensación crean el agua que alimenta a la madera". Este equilibrio se debe mantener por respeto a la naturaleza y por la influencia que posee la relación de estos cinco elementos con la fecha y la hora de nacimiento de cada uno de nosotros.
Esto se conoce como Pa-Tzu o destino, y está implícito desde nuestro nacimiento, nos marca la pertenencia a uno de los cinco elementos, como también a ciertas orientaciones cardinales: Este, Oeste, Norte, Sur, etc.
Gracias a ese elemento y a esas direcciones podemos saber qué tipo de espacio nos resulta beneficioso y cual no: los colores adecuados para cada uno; la posición y la dirección de los muebles y objetos de su casa; las personas con las que se debe relacionar en función de obtener los mejores vínculos comerciales; etc.
Esto le posibilitará mejorar y corregir lo establecido en su Pa-Tzu (destino).
Nuestro poder sobre el ambiente
Esto nos hace reflexionar respecto que, aunque parezca que el hombre está en una posición pasiva en ese todo, no es absolutamente dependiente del mandato del Cosmos, ya que puede por sus propios medios ajustar las relaciones entre la naturaleza y la sociedad. Por otro lado, el Pa-Tzu también indica que cada ser es único, irrepetible y distinto al resto. Por lo tanto, lo que es beneficioso para una persona puede no serlo para otras y viceversa. Como consecuencia, cuando analizamos el Feng Shui de una casa no debemos decir que tal o cual posición trae fortuna, sino que a la persona le favorece una posición determinada para incentivar una capacidad deseada del ser humano, y así lograr sus objetivos. El verdadero sentido del Feng Shui es activar el cuerpo humano en relación con sus orientaciones (Norte, Sur, Este y Oeste), los cinco elemento (madera, fuego, tierra, metal y agua) y los principios del Yin-Yang.
De la misma manera, cada uno de nosotros debe mantenerse en armonía y en equilibrio con la naturaleza.
El concepto de equilibrio con la naturaleza se basa en nuestra relación con los cinco elementos: madera, fuego, tierra, metal y agua. Estos son los elementos (fuerzas o tendencias que se encuentran en interacción) que dan origen a todo lo existente en el Universo. "La madera genera el fuego de cuyas cenizas se crea tierra, que genera en sus yacimientos metales, estos, a su vez, a través de su condensación crean el agua que alimenta a la madera". Este equilibrio se debe mantener por respeto a la naturaleza y por la influencia que posee la relación de estos cinco elementos con la fecha y la hora de nacimiento de cada uno de nosotros.
Esto se conoce como Pa-Tzu o destino, y está implícito desde nuestro nacimiento, nos marca la pertenencia a uno de los cinco elementos, como también a ciertas orientaciones cardinales: Este, Oeste, Norte, Sur, etc.
Gracias a ese elemento y a esas direcciones podemos saber qué tipo de espacio nos resulta beneficioso y cual no: los colores adecuados para cada uno; la posición y la dirección de los muebles y objetos de su casa; las personas con las que se debe relacionar en función de obtener los mejores vínculos comerciales; etc.
Esto le posibilitará mejorar y corregir lo establecido en su Pa-Tzu (destino).
Nuestro poder sobre el ambiente
Esto nos hace reflexionar respecto que, aunque parezca que el hombre está en una posición pasiva en ese todo, no es absolutamente dependiente del mandato del Cosmos, ya que puede por sus propios medios ajustar las relaciones entre la naturaleza y la sociedad. Por otro lado, el Pa-Tzu también indica que cada ser es único, irrepetible y distinto al resto. Por lo tanto, lo que es beneficioso para una persona puede no serlo para otras y viceversa. Como consecuencia, cuando analizamos el Feng Shui de una casa no debemos decir que tal o cual posición trae fortuna, sino que a la persona le favorece una posición determinada para incentivar una capacidad deseada del ser humano, y así lograr sus objetivos. El verdadero sentido del Feng Shui es activar el cuerpo humano en relación con sus orientaciones (Norte, Sur, Este y Oeste), los cinco elemento (madera, fuego, tierra, metal y agua) y los principios del Yin-Yang.