Las semillas de girasol son una fuente de nutrientes más beneficiosa que la mayoría de las carnes, los huevos y el queso.
Las semillas de girasol contienen pectina, que ayuda a desintoxicarse y aumenta la capacidad del cuerpo para expulsar los metales pesados que ha absorbido.
La ingesta de semillas de girasol y de aceite de girasol fortalece la visión y reduce la sensibilidad a la luz.
En la cocina
Las semillas de girasol peladas y no saladas enriquecen muchos platos que se benefician con su sabor dulzón similar al de las nueces. Las ensaladas verdes y los arroces se engalanan con el sabor de las semillas de girasol. Van muy bien también con los panes y las galletas.
Al tostarlas se incrementa su sabor y conservan todavía su contenido en vitamina E. Conviene limitar su cocción a uno o dos minutos y hacerlo a fuego lento, para evitar que puedan estropearse sus ácidos grasos esenciales.
Cómo guardarlas
Para que conserven su riqueza en vitamina E y proteínas, deben guardarse en un recipiente hermético, conservarse en un lugar fresco y oscuro, y consumirse rápidamente.
¡Atención!
No conviene abusar de su consumo. Hay que evitar la ingesta de semillas rancias que aumentan el riesgo de
formación de radicales libres en el organismo, lo que podría causar daños musculares.
Las semillas de girasol contienen pectina, que ayuda a desintoxicarse y aumenta la capacidad del cuerpo para expulsar los metales pesados que ha absorbido.
La ingesta de semillas de girasol y de aceite de girasol fortalece la visión y reduce la sensibilidad a la luz.
En la cocina
Las semillas de girasol peladas y no saladas enriquecen muchos platos que se benefician con su sabor dulzón similar al de las nueces. Las ensaladas verdes y los arroces se engalanan con el sabor de las semillas de girasol. Van muy bien también con los panes y las galletas.
Al tostarlas se incrementa su sabor y conservan todavía su contenido en vitamina E. Conviene limitar su cocción a uno o dos minutos y hacerlo a fuego lento, para evitar que puedan estropearse sus ácidos grasos esenciales.
Cómo guardarlas
Para que conserven su riqueza en vitamina E y proteínas, deben guardarse en un recipiente hermético, conservarse en un lugar fresco y oscuro, y consumirse rápidamente.
¡Atención!
No conviene abusar de su consumo. Hay que evitar la ingesta de semillas rancias que aumentan el riesgo de
formación de radicales libres en el organismo, lo que podría causar daños musculares.