Reflexología

Considerada en los principales centros asistenciales europeos como la terapia más versátil, directa y efectiva, la reflexología ha brindado reconocidos resultados, especialmente en síndromes alérgicos y alteraciones funcionales. Le contamos por qué un toque sabio puede aliviar más que un remedio.


La reflexología, una terapia absolutamente natural cuya eficacia recién se está difundiendo masivamente, pero es utilizada en Europa hace más de un siglo, proviene de Oriente y de Occidente. Combina la Teoría de los Meridianos y la Acupuntura china, y utiliza como método de diagnóstico la Zonaterapia, ciencia egipcia con dos mil años de antigüedad, desarrollada en Occidente por el médico William Fitzgerald.

Es preciso hacer una distinción: la Terapia Zonal consiste en la determinación de áreas, por ejemplo en el pie, cada una de las cuales está compuesta por un conjunto de terminaciones nerviosas del sistema nervioso central y una arteria. En tanto, la reflexología es la estimulación exacta sobre esa área, lejana al lugar afectado. Los puntos que reflejan órganos y áreas del cuerpo están en los pies, en las manos y en el rostro, por lo que puede aplicarse en cualquiera de estos lugares, aunque la más conocida es la reflexología en pies.

Uno de los pilares fundamentales que ha ayudado a determinar esta acción refleja es la embriología, ciencia que estudia el desarrollo del embrión. Ella establece que la piel deriva de un tejido común denominado ectodermo, que a la vez da origen al sistema nervioso. Así, aún en la vida adulta se mantiene una relación intrínseca y muy directa entre ambos.

La piel está conectada con otras áreas internas del cuerpo mediante redes nerviosas entre centros neuronales superiores y músculos, huesos y articulaciones. Y esto implica una relación muy directa de la piel con los órganos sobre los cuales se desea actuar.