La homeopatía
La homeopatía no desprecia, para diagnosticar el asma y otras alergias, todos los avances de la medicina convencional. Sin embargo, agrega en su investigación un elemento fundamental: la personalidad. Más allá de lo que indiquen las inmunoglobulinas sobre el posible "terreno alérgico" de una persona, los homeópatas investigan las emociones asociadas a las alergias: la necesidad de atención y afecto, el miedo, la angustia. Y también la personalidad homeopática, correspondencia que establecen entre las características de una persona y un remedio en particular que se administra al paciente como medicamento "de fondo".
Las diferencias más grandes en cuanto al objetivo del tratamiento entre lo convencional y la homeopatía estriban en que, mientras el alergista busca suprimir los síntomas y, a veces, sólo encuentra como solución aislar al enfermo de la sustancia que le causa alergia, para los homeópatas la solución es modificar esa susceptibilidad exagerada que hay hacia una sustancia sin privaciones para el enfermo. Y la ausencia de los síntomas se obtiene cuando el enfermo equilibra la emoción que los provoca.
La homeopatía no desprecia, para diagnosticar el asma y otras alergias, todos los avances de la medicina convencional. Sin embargo, agrega en su investigación un elemento fundamental: la personalidad. Más allá de lo que indiquen las inmunoglobulinas sobre el posible "terreno alérgico" de una persona, los homeópatas investigan las emociones asociadas a las alergias: la necesidad de atención y afecto, el miedo, la angustia. Y también la personalidad homeopática, correspondencia que establecen entre las características de una persona y un remedio en particular que se administra al paciente como medicamento "de fondo".
Las diferencias más grandes en cuanto al objetivo del tratamiento entre lo convencional y la homeopatía estriban en que, mientras el alergista busca suprimir los síntomas y, a veces, sólo encuentra como solución aislar al enfermo de la sustancia que le causa alergia, para los homeópatas la solución es modificar esa susceptibilidad exagerada que hay hacia una sustancia sin privaciones para el enfermo. Y la ausencia de los síntomas se obtiene cuando el enfermo equilibra la emoción que los provoca.
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