La Influencia de las emociones resulta determinante en la postura corporal. Y, como los estados emocionales cambian constantemente, el cuerpo también adquiere diferentes matices y varía incluso a lo largo del día.
El problema es que cuando alguno de estos estados de ánimo o características de la personalidad se prolongan en el tiempo, su postura correspondiente puede llegar a convertirse en un patrón habitual y pasar a formar lo que, de acuerdo a los lincamientos teóricos del Rolfing, se denomina estructura. La gran diferencia está en que las posturas cambian de un momento a otro, mientras que la estructura es estable.
Una estructura desequilibrada no sólo limita el rango de movimientos posibles, sino que además representa un desgaste inútil de energía vital. Este es el motivo por el cual el objetivo del rolfing no sólo apunta a obtener un mejor porte y a mejorar la figura sino que al mismo tiempo, los masajes propuestos repercuten en la autoestima y la autoconflanza.