En la medida en que nos conectamos con pensamientos negativos producimos hechos negativos. El pensamiento es una forma de energía. La energía es magnética. Una de sus leyes es la siguiente: la energía de un cierto tipo o vibración tiende a atraer energía de un tipo de vibración similar. Cuando creamos algo siempre lo hacemos primeramente en forma de pensamiento. Un arquitecto en principio imagina un diseño y luego se construye una casa.
El simple hecho de tener un pensamiento o idea y retenerlo en la mente es energía que tiende a atraer y crear esa forma en el plano material. Por lo tanto para lograr lo que queremos debemos pensar positivamente. No centrarnos en lo que queremos evitar sino en lo que queremos conseguir y lo deberemos hacer en tiempo presente porque la mente es obediente.
Si enunciamos las afirmaciones en tiempo futuro quedarán como proyectos, no se convertirán en realizaciones. Tampoco enunciarlos como deseos "quiero estar delgada", y "quiero ganar mucho dinero" porque quedarán como tales.
Para lograr nuestras metas y elevar nuestra autoestima se trabaja con afirmaciones, método que desarrolló ampliamente la terapeuta norteamericana Louisa Hay. Las afirmaciones son enunciadas por pensamientos positivos. Generalmente acostumbramos formular enunciados de lo que no queremos para nuestra vida: No me gusta estar gordo. No estoy conforme con lo que gano. No quiero sentir miedo. Me disgusta mi timidez. No quiero más inestabilidad en mi vida. La forma correcta de hacer las afirmaciones es la siguiente:
Mi aspecto físico me agrada. Estoy delgado. Gano mucho dinero. Enfrento con valor las dificultades. Soy desenvuelto. Mi relación con los demás es fluida. Mi vida es estable.
Las afirmaciones se repiten mentalmente o en voz alta varias veces al día. También pueden hacerse en forma escrita: es conveniente dedicarse a una por vez, estableciendo un orden de prioridades de acuerdo a nuestros deseos.
El simple hecho de tener un pensamiento o idea y retenerlo en la mente es energía que tiende a atraer y crear esa forma en el plano material. Por lo tanto para lograr lo que queremos debemos pensar positivamente. No centrarnos en lo que queremos evitar sino en lo que queremos conseguir y lo deberemos hacer en tiempo presente porque la mente es obediente.
Si enunciamos las afirmaciones en tiempo futuro quedarán como proyectos, no se convertirán en realizaciones. Tampoco enunciarlos como deseos "quiero estar delgada", y "quiero ganar mucho dinero" porque quedarán como tales.
Para lograr nuestras metas y elevar nuestra autoestima se trabaja con afirmaciones, método que desarrolló ampliamente la terapeuta norteamericana Louisa Hay. Las afirmaciones son enunciadas por pensamientos positivos. Generalmente acostumbramos formular enunciados de lo que no queremos para nuestra vida: No me gusta estar gordo. No estoy conforme con lo que gano. No quiero sentir miedo. Me disgusta mi timidez. No quiero más inestabilidad en mi vida. La forma correcta de hacer las afirmaciones es la siguiente:
Mi aspecto físico me agrada. Estoy delgado. Gano mucho dinero. Enfrento con valor las dificultades. Soy desenvuelto. Mi relación con los demás es fluida. Mi vida es estable.
Las afirmaciones se repiten mentalmente o en voz alta varias veces al día. También pueden hacerse en forma escrita: es conveniente dedicarse a una por vez, estableciendo un orden de prioridades de acuerdo a nuestros deseos.